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Martes, 04 de Noviembre 2025, 18:06h
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Contra todo pronóstico, Charlie Sheen cumplió 60 años en septiembre. Ha sobrevivido a tantos excesos, incluida una sobredosis casi mortal a los 32 años, que él mismo dudaba vivir tanto. Ahora, sobrio desde 2017, ha escrito sus memorias y protagoniza un documental de Netflix en el que cuenta detalles de una vida al límite.
Charlie Sheen nació muerto. Su cordón umbilical estaba envuelto alrededor de su cuello y tuvo que ser reanimado. A los 32 años, luchaba por su vida en el hospital de nuevo, esta vez después de una sobredosis de cocaína. Se necesitarían otros 19 años, y varias temporadas en rehabilitación, antes de que finalmente lograra mantenerse sobrio. Lleva ocho años alejado del alcohol y las drogas.
Hijo del también actor Martin Sheen y ganador él mismo de un Oscar por Platoon en 1986, Charlie Sheen se inició con las drogas de chico, pero su caída empezó en 2007, cuando protagonizaba la serie Dos hombres y medio, de la que fue despedido en 2011 y que se prolongó hasta 2017. La comedia era un éxito mundial y le permitía a Sheen financiarse todos los vicios. Durante un tiempo, fue el actor mejor pagado de la televisión: ganaba 1,8 millones de dólares por episodio. Gran parte se lo 'pulía' en drogas, hasta el punto de que cuanto fue despedido de la serie, Sheen compraba tales cantidades de cocaína para su consumo que el cártel que lo proveía llegó a pensar que las estaba revendiendo a terceros y le cortó el suministro.
En sus memorias confiesa que llegó a tener sexo con hombres cuando se drogaba con crack y que contrajo el virus del sida. Esto último lo hizo público en 2015 tras haber pagado 1,4 millones de dólares en chantajes que solo logró frenar con su confesión. Lo del sexo con hombres lo cuenta por la misma razón: «Respirar de nuevo».
En sus memorias, Sheen también narra sus rehabilitaciones fracasadas. La primera, en 1990, cuando acababa de filmar The Rookie, dirigida por Clint Eastwood. Los tres primeros meses de rodaje —relata— fueron bien, pero se topó en una fiesta con Nicolas Cage e iniciaron una deriva de consumo masivo de éxtasis. Eastwood y sus padres organizaron una 'intervención', esas reuniones planeadas por personas muy cercanas al adicto, que intentan convencerlo de que inicie una rehabilitación.
Sheen cuenta que, aunque el discurso de sus progenitores sobre el miedo a hallarlo muerto le impactó, lo que lo acabó decidiendo a aceptar rehabilitarse fue la intervención de Eastwood, quien, fiel a su estilo, solo le dijo: «Ve y hazme sentir orgulloso». Sheen ingresó en la clínica. Pero —spoiler— no duró mucho. «Dejé la rehabilitación para ser jurado en un concurso de bikinis con Nicolas Cage».