Desde entonces es lo más reclamado a los cirujanos plásticos. 'Estirarse la piel' ya es antiguo... Lo que se hace ahora es más radical: el Deep Plane reposiciona los músculos, reparte la grasa y altera los ligamentos.
Las incisiones son mínimas (en la oreja o la línea del pelo) y deja menos hematomas que el lifting. La intervención dura entre cuatro y seis horas y requiere un cirujano experto en el nervio facial, de ahí que no muchos lo practiquen. El que ha operado a Kris Jenner es Steven Levine, al que solo se accede si se es muy rico o muy famoso.
    
    
      
      
      
      El Deep Plane no solo tensa la piel, también reposiciona los músculos. El efecto es impactante
      
      
    
   
    Kris defiende que ella quiere seguir siendo 'la mejor versión de sí misma': «Solo porque te hagas mayor no significa que debas renunciar a ti misma».
Eso ha debido de pensar Jane Fonda, que también se ha sometido a un Deep Plane, aunque el único famoso que lo reconoce es el diseñador Marc Jacobs, que reivindica la operación hasta decir lo que cuesta. Pues bien, por este tipo de intervención (en manos de reputados cirujanos) se pagan unos 250.000 dólares, a lo que hay que añadir las consultas (a 5000 dólares cada una) y posteriores tratamientos (una vez hecha la cara, se sigue con el cuello, el escote...). 
También hay opciones más asequibles que se inspiran en esta técnica, como el lifting facial medio, el que se aplican las famosas en la treintena por unos 50.000 dólares. La terrible presión que esta tendencia pone sobre las mujeres requiere un capítulo aparte, pero todo viene a refrendar por qué triunfa en redes el dicho (o hashtag): «No eres fea, eres pobre».
El clan ‘estético’
Lifting, aumento de pecho, hilos de colágeno, retoques de nariz, láser para la línea del cabello, bótox… No es el menú de una clínica de lujo, sino la carta familiar del clan Kardashian. Kris, Kourtney, Kim, Khloé, Kendall y Kylie han convertido el bisturí en un negocio y la transparencia en una estrategia de marketing: lo cuentan y lo muestran en su reality show y en redes sociales con total naturalidad. Bienvenidos a la «era de la honestidad» entre las celebrities, dicen. Eso sí, la 'honestidad' se paga y nadie duda de que el Deep Plane de Kris Jenner, con detalles de quirófano, será parte de la nueva temporada de su programa de televisión: y es que ya van veinte temporadas en 14 años y hay que seguir dando espectáculo...
La fiebre estética es tal que algunos cirujanos estrella de Hollywood están saturados: hay lista de espera y hasta rechazados VIP. Andrew Jacono, uno de los más codiciados, lo cuenta sin tapujos: «Mi equipo rechaza de 40 a 50 pacientes al día, según consideraciones financieras». Traducido: si no puedes pagar, ni lo intentes. Y para los que sí, paciencia: el turno puede tardar hasta dos años.
En sus 25 años de carrera, Jacono lleva más de 4000 estiramientos faciales -una cifra que haría temblar cualquier bisturí- y su clientela no deja de rejuvenecer. Si antes la media era de 50 años, ahora ronda los 45. La tendencia, claro, va en picado.
Y el resultado empieza a ser inquietante: todas acaban teniendo la misma cara. Mismo pómulo, misma mandíbula, misma nariz diminuta y cejas de arco perfecto. Da igual si es influencer, actriz o millonaria: el algoritmo estético ha ganado. La diversidad facial ha muerto por exceso de simetría. Lo único que cambia son los filtros, pero debajo, todas comparten el mismo molde de 'perfección' quirúrgica. Lo que antes era un rostro único, ahora es un copy-paste con relleno de ácido hialurónico.