Sano y sabroso
«Tostadas con un buen aceite de oliva, unas rodajas de tomate y aguacate y un poco de fino jamón ibérico. Además, un té verde con miel y jengibre».
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Viernes, 31 de Octubre 2025, 12:29h
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XLSemanal. Y como estamos bien de salud mental… pues vamos a jugar un poco con ella, ¿verdad?
Belén Rueda. Sí [ríe], la película te lleva a pensar si la vida que vives es esta u otra que ni sabes cuál es.
XL. Yo ya ni siquiera sé si es real la entrevista que estamos manteniendo…
B.R. Es real, pero ahora está en el lector que se crea o no se crea lo que decimos, ¡ja, ja, ja!
XL. ¿Necesita ayuda para salir de la carga emocional que le dejan este tipo de personajes?
B.R. Todos necesitamos ayuda cuando ya tienes un recorrido de vida, por no decir años, porque te van pasando muchas cosas en paralelo a lo que es tu trabajo, que también tienes que resolver de una manera real.
XL. Acaba de cumplir 60, ¿ha estrenado miedos nuevos?
B.R. En vez de añadir temores, se me ha quitado el miedo a la muerte, y una muerte súbita la firmaría ya. Solo he sumado un miedo: a la enfermedad que me impida decidir por mí misma y no reconocer a mis hijas. Sería terrible.
XL. ¡Un espanto! Pero, dígame, ¿para qué no tiene ya edad?
B.R. No tengo edad ya para tonterías: cuando algo no me gusta, lo digo. Y si no me apetece ir a un sitio, no voy…
XL. ¿Y qué le importa un rábano?
B.R. Lo que la gente piense de mí. No al cien por cien, pero casi [ríe].
XL. Lo dice porque está cañón, pero esto tiene truco, no lo niegue.
B.R. Siempre se ha dicho que la cara es el espejo del alma, aunque cuando te pasan cosas muy terribles no las olvidas, pero las colocas en un sitio que te permite seguir.
XL. No me cuente historias: las cosas muy terribles envejecen muchísimo. Lo que pasa es que, con el paso del tiempo, te puedes recuperar bastante.
B.R. Es verdad, yo recuerdo una vez que una taquillera me dijo que me veía fatal y que no me parecía nada.
XL. ¿Ha tenido que parar los pies y las manos a alguien por acoso?
B.R. Sí, y la que te diga que no miente.
XL. ¿Cree que sus hijas, casi tres décadas después, también lo sufren?
B.R. Sí, no hemos cambiado tanto en eso.
XL. Su hija mayor se ha casado este año, ¿se muere por ser abuela?
B.R. Sí [ríe], pero tampoco me gusta meter presión. Pero voy a ejercer muchísimo de abuela, voy a ser pesadísima.
«Tostadas con un buen aceite de oliva, unas rodajas de tomate y aguacate y un poco de fino jamón ibérico. Además, un té verde con miel y jengibre».