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Mucho trabajo. Pervis Estupiñán y Jorge Morcillo se prepara para un partido muy exigente. J.J. A.
Pierde el Almería en Zaragoza y sigue complicándose la vida
UD Almería

Pierde el Almería en Zaragoza y sigue complicándose la vida

No entrará en descenso, pero quedan seis jornadas para salvarse y no hay más remedio que agarrarse con uñas y dientes a la División de Plata

JUANJO AGUILERA

ALMERÍA

Sábado, 21 de abril 2018, 02:34

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Aunque tiene motivos para excusarse, no valen pretextos. Hoy, desde las cuatro de la tarde en La Romareda, hay un compromiso de los más duros que se le pueden presentar a cualquier equipo del campeonato liguero. Al Almería se le juntan el hambre con las ganas de comer. Con siete bajas, visita un campo difícil, dificilísimo. Lo es por la historia de los enfrentamientos entre zaragocistas y unionistas, algo que no debiera asustar porque siempre puede haber un día en el que cambien las cosas, pero también lo es por la historia reciente del recinto donde los de Lucas Alcaraz se presentan hoy, a eso de las cuatro de la tarde. De todas formas, más que el lugar es quien lo defiende y el Real Zaragoza de hoy no tiene nada que ver, por ejemplo, con aquel que visitó el Estadio de los Juegos Mediterráneos en la primera vuelta, en la que el Almería de Fran Fernández le dio un baño táctico a un equipo caracterizado por la paciencia, sobre todo en las altas instancias. A pesar de que se habló de una posible destitución de Natxo González, ahí sigue y su trabajo ha convertido a los suyos en un equipo aspirante al ascenso.

El actual Zaragoza, al que la UD Almería se mide esta tarde, es un equipo que ha cambiado su dinámica para pasar de ser prácticamente un descartado al término de la primera vuelta -era decimosexto con 24 puntos, a diez del playoff y con uno menos que la UD Almería- a convertirse un serio aspirante al ascenso a una categoría en la que no está desde la 2012/13. El cambio viene dado por el hecho de que, no hay que olvidarlo, sólo ha perdido dos de los últimos diez partidos y esos otros ocho acabaron con triunfos tan importantes como los conseguidos ante rivales directos como Osasuna, Numancia, Real Oviedo o Huesca, que le han servido para estar a solo un punto del playoff, plazas en las que ha estado en tres de las cinco últimas semanas.

Budú

El Almería, que acude como si alguien le hubiese hecho 'budú', lo hace tocado en el fondo y en las formas. En lo segundo porque acumula siete jornadas sin ganar, con dos empates consecutivos que dejaron disparidad de criterios, ya que el primero de los dos duelos, en Cádiz, dio para pensar que se había tocado 'fondo' jornadas antes, porque en el Ramón de Carranza se hizo un buen planteamiento que dejó satisfechos a mucho, pero en el duelo del pasado domingo ante el Albacete se volvió a las andadas, con un equipo al que se le debe alabar su profesionalidad, pero no su acierto. En lo primero porque esa profesionalidad no la pueden mostrar muchos de la primera plantilla no por nada sino por la ausencia de efectivos, pues Alcaraz se las ve de nuevo con un equipo plagado de bajas. Lucas Alcaraz recuperaba a Nano, que no pudo estar ante el equipo castellano-manchego, pero el malagueño no está para 'muchos trotes' y se ha quedado finalmente en casa.

Olvidando las ausencias, el conjunto rojiblanco viajó ayer a Zaragoza con el pensamiento de que es posible ganar, aunque es casi más necesario hacerlo. Y es que no hay que olvidar, en lo de las posibilidades, que el Sevilla Atlético abrió la puerta por la que soñar. El filial hispalense sacó renta de La Romareda, infringiéndole una derrota que cortó la reacción a un equipo blanquillo que había encadenado seis victorias consecutivas y ocho sin perder. Lo de la necesidad es, como queda dicho, más necesaria. En los 'tiempos que corren' no queda otra cosa porque ganar es seguir vivo y la derrota puede llevarle al infierno, sin tan siquiera pasar por el purgatorio.

Lo podría hacer con un equipo en el que René volverá a aparecer bajo palos, con Marco Motta y Pervis Estupiñán, en los laterales, con Joaquín y Morcillo por el centro. En el centro del campo, todo apunta a la repetición de los mismos hombres que la pasada semana disputaron el encuentro frente al Albacete, sobre todo en la segunda parte. Lo de jugar con Tino Costa requiere de más tiempo, aunque argentino, con poco, aporta mucho a un centro del campo con Verza y Rubén Alcaraz como mediocentros.

Hicham y Fidel pueden aparecer por banda, aunque tampoco es descartable la aparición de un Javi Álamo desaparecido en año y medio y que jugó casi la última hora de partido con buenas sensaciones. Luego está la duda sobre el delantero en punta, si será Pablo Caballero, que aportó en ataque, peleando y haciendo su juego, estrellando además un balón en el palo, o Lucas Alcaraz contará con Edoardo Soleri, que no ha vuelto a jugar de titular desde el partido frente al Sporting. Sí es probable y hasta más lógico que Caballero apunte arriba con Hicham en la mediapunta.

Una duda

En el conjunto zaragocista, donde la derrota contra el Rayo no ha minado la moral de un equipo que hace apenas dos meses estaba luchando por escapar del descenso y se es consciente de que se perdió un gran oportunidad cayendo en Madrid, todavía quedan muchas balas para alcanzar el objetivo por la segunda vía. Para ello deberá recuperar su mejor versión y volver a ser el equipo solvente en ataque y en defensa que había sido en la segunda vuelta.

El técnico zaragocista contará con la baja del central Grippo, lesionado en Vallecas, pero recupera al también central Diogo, tras un partido de sanción, que será titular, y al suizo Oliver Buff, superada una microrrotura fibrilar. Se apuesta además la entrada de Febas, mientras Javi Ros y Raúl Guti se disputan una plaza en el centro del campo.

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