horizonte
Quedan cuatro jornadas para el final de la temporada regular en la Liga 1|2|3. Pueden parecer tanto muchas como escasas. A los que están fuera de los puestos de descenso, demasiadas. A los que están dentro de los cuatro últimos, pocas para poder revertir la situación sin más opción de fallo. Justo lo que piensan los que están clasificados al fondo de la tabla. Mallorca y Mirandés se intentan agarrar a lo que sea posible. Los dos siguientes rivales a los que se medirá la UDA.
El plantel entrenado por Luis Miguel Ramis tiene en sus manos ser el verdugo de ambos. El primero, el sábado a las 19.00 horas, es el Mallorca. El equipo entrenado por el exrojiblanco Sergi Barjuan está a cuatro puntos de la zona de salvación y a seis del Almería. Pase lo que pase no descenderán tras la cita liguera entre ambos. Pero una derrota bermellona podría ser decisiva para su suerte y quedarse muy alejados de la permanencia cuando queden nueve puntos por disputar. Si la UDA gana, la distancia entre ambos será de lo que resta por jugar, pero al tener el cuadro almeriense el golaveraje ganado, un rival menos en el que fijarse.
El que podría llegar al Estadio de los Juego Mediterráneos, ya con el descenso consumado, es el Mirandés una semana después. Los de Pablo Alfaro reciben esta jornada al Real Valladolid. Están a siete puntos del primer puesto que no descendería. Ganaron el pasado fin de semana en Elche para agarrarse a lo poco que les queda. Pase lo que pase contra los pucelanos, la cita en Almería será definitiva para los burgaleses. Tras jugar en Almería quedarían seis puntos por jugar y una distancia insalvable si antes no son capaces de seguir recortando la desventaja que tienen ahora mismo.
Al igual que el Almería puede ser el verdugo de ambos, nadie en el entorno rojiblanco quiere pensar en todo lo contrario. Porque quedarse de vacío en los dos próximos choques ligueros supondría un durísimo golpe en el seno del vestuario de la UDA y tener que jugarse todo en las dos citas finales, sin depender de lo que hagan ellos mismos, además de tener a más rivales en la lucha por el descenso, dado que ni Mallorca ni Mirandés habrían perdido la categoría.