Ideal
UD Almería

¿A qué jugamos?

Los más de 8100 espectadores que nos congregamos el pasado domingo en el Estadio Mediterráneo —una cifra fabulosa que sitúa al Almería como uno de los equipos con mayor afluencia de público de Segunda— nos volvimos a casa con la enésima decepción de los últimos años. El equipo, que había invitado a soñar con los resultados ante Rayo y Girona, tropezó cuando podía haberse enganchado a la cabeza de la clasificación. Aunque anecdótico, puesto que la temporada acaba de comenzar, habría sido muy positivo para un equipo necesitado de empujones anímicos.

Sin embargo, lo que más preocupa de esta UD Almería no son los resultados que está cosechando. Después de diez partidos al frente del cuadro andaluz, Soriano sigue sin imprimirle un sello de identidad. De este modo, es igual de habitual ver al equipo apostando por el balón en largo que por el toque, intentando de manera infructuosa, como este domingo, sacar el balón jugado desde atrás. Difícil con Fran Vélez situado en el pivote.

No es recomendable tirar la primera parte ante el Cádiz, ir a Oviedo a especular, avasallar al Rayo o al Girona con un fútbol ofensivo que descuida la defensa o volver a desperdiciar más de medio partido frente al Tenerife intentando empezar las jugadas desde atrás sin que los delanteros rojiblancos tengan oportunidad de recibir un balón en condiciones. A todos nos encantaría que el Almería desplegara un gran fútbol marcado por el toque y la seguridad defensiva, pero lo cierto es que el equipo tiene muchas carencias en la construcción y que, actualmente, depende de la brillantez de su línea de tres cuartos de campo.

Por cierto, hoy visitamos La Condomina. La última vez que el Almería jugó allí, en abril de 2007, más de 2000 rojiblancos invadieron el fondo sur de ese estadio para ver a su equipo vencer por 0-1 al Ciudad de Murcia. Se venía un ascenso.