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ud almería | LA crónica

Ni con más ni con menos

Ni con más ni con menos
  • La UDA jugó una primorosa primera parte con un palo y un penalti a favor no pitado, pero la expulsión de Diamanka y el 1-0 lo dejaron en nada

Llegó la primera derrota de Fernando Soriano como entrenador de la UDA. En un partido en el que, al descanso, pocos hubieran dicho que el resultado final sería de 2-0 en contra de los rojiblancos. Porque la primera mitad, para ser la Liga 1l2l3, se podría considerar de primorosa. Dominando, teniendo más posesión, más llegadas, un remate al palo y un penalti, en la misma acción, que el colegiado no señaló. Todo era tan positivo para los almerienses que el público del Carlos Tartiere estaba silbando a los suyos. No era para menos. Lo único que estaba salvando a los locales era el marcador. También Cordero Vega. El cántabro tuvo un particular criterio durante todo el choque. El árbitro, además de la falta dentro del área a Ximo Navarro que dejó sin señalar, lo mismo mostraba amarilla por una acción y, por otra similar, dejaba sin mostrarla. Otro aspecto, la primera falta señalada al Oviedo fue el minuto 30. Podría parecer lógico siendo el local. Pero no lo es tanto cuando la posesión era rojiblanca. Eso sí, el partido se perdió (o se dejó de ganar) por otros aspectos. Cuando fue superior, la UDA no marcó. Y sí lo hizo el cuadro de Fernando Hierro por medio de Nando García. El final de Toché fue solamente para la estadística.

Todo lo dicho podría parecer la primera excusa de la temporada. Poner al colegiado en la diana para esconder los errores propios. Para nada. Todo influyó. Cierto es que el penalti, si se señala, hay que marcarlo para que la acción sea completa. Pero no es lo mismo irte al descanso por delante en el marcador que con un empate que deja todo muy abierto para el segundo periodo. Como así fue.

La jugada referida fue casi el epílogo a un primer tiempo en el que los de Fernando Soriano leyeron a la perfección todo lo que había que hacer. Con un trío que dominó por completo. El que formaron los tres centrocampistas. Fran Vélez se impuso siempre a Jonathan Pereira. Tanto que fue su sombra. Pero cuando tuvo que construir también lo hizo. Para ser el ancla perfecta en el que sustentarse sus dos acompañantes. Porque lo hecho por Ramón Azeez y Pape Diamanka fue una especie de clínic. Estuvieron en todos los sitios. Siempre con un perfecto criterio. El nigeriano y el senegalés parecían tener gemelos repartidos por el terreno de juego. Un despliegue físico y técnico muy por encima del resto.

Pero el Almería no logró batir a Juan Carlos. Este espectacular dominio no tenía traducción ninguna. Jonathan Zongo, Ximo Navarro, Ramón Azeez y Fidel lo intentaron desde la frontal del área. Preferían disparar antes que apurar y meterse más en el área. Porque el césped estaba ya jugando malas pasadas. Resbalones por doquier. Se estrenaba el verde y los operarios se 'pasaron' con el agua que le pusieron. No había charcos, pero sí que provocaba más que los jugadores estuvieran caídos cuando intentaban algún movimiento a contrapié.

Como le ocurrió a Casto. El cancerbero extremeño se resbaló y estuvo cerca de ver que el remate de Toché se metiera en su portería. Se marchó fuera por muy poco. Era el segundo acercamiento del Oviedo en el primer periodo. El primero lo solventó a la perfección el guardameta rojiblanco ante Nando García. Lo único destacable de los locales en la primera parte. Que se marcharon al vestuario notando los silbidos de su público.

Todo cambia

En el segundo tiempo todo cambió. Desde el inicio, los de Fernando Hierro ya no estaban tan a merced de los almerienses. Buscaban la espalda de los laterales. Sobre todo Nando García la de Iago Díaz. El gallego sufrió de lo lindo al cedido por el Valencia. Como se demostró en el 1-0. Una acción en la que el '7' de la UDA estaba más pendiente de atacar que de defender a su par. Balón en largo y adiós. Lo demás, velocidad pura del extremo ovetense al que no pudo seguir Iago Díaz. Al meterse en el área, esperar el momento justo para el recorte a un Trujillo que llegaba para cortar y que un resbalón más le hizo perder la verticalidad lo justo. Gol y a remar de nuevo, como contra el Cádiz, en contra.

Por si había alguna duda de que el segundo tiempo no había comenzado como el primero, Diamanka dejó a los suyos con uno menos. Cierto es que se puede sacar una amarilla por el braceo del senegalés. Pero no es menos cierto que si el colegiado señala la falta antes no hubiera tenido continuidad. Como la tuvo. Uno de los mejores jugadores rojiblancos se tenía que ir del choque.

Por debajo en el marcador y con uno menos. Parecía que todo estaba para que se fuese de vacío del Carlos Tartiere. Soriano cambió por completo. Retiró a los bandas de ataque (Fidel y Jonathan) para dar entrada a Corona (creación) y Quique (remate). Aunque el que estuvo cerca de obtener el premio fue el tercer cambio. Antonio Puertas estuvo cerca de repetir la similitud en el tanto que logró contra el Levante en Pinatar Arena. Un cabezazo suyo fue la parada de la jornada de Juan Carlos. La fortuna no estaba del lado almeriense en la festividad de la Virgen del Mar.

Lo último ya fue un querer y no poder de los almerienses. Con un Real Oviedo que intentaba tener la posesión sin arriesgar. Porque los silbidos, aunque en menor cuantía, seguían en el Carlos Tartiere. Después de la derrota en la primera jornada, dejar escapar los puntos con uno más hubiera sido un golpe muy duro. Así que, como en balonmano, circulación de un lado a otro del campo. Ante un Almería que ya buscaba algún milagro de la Patrona, que no llegó.

La sentencia final de Toché no fue más que engordar las estadísticas. Las que determinaron que en el cómputo global los ovetenses tuvieran más posesión. También que pareciese que el partido había sido dominado por los de Fernando Hierro. Pero no. Porque se tendría que ver lo ocurrido en el primer tiempo y en el segundo. Un encuentro en la primera parte. Otro hasta la expulsión de Diamanka. Luego, hasta el remate de Antonio Puertas. Y el final desde que Toché marcó y los brazos de la UDA ya bajaron. El premio no llegó ni siendo más ni siendo menos.