Ideal
UD Almería

UD ALMERÍA | CRÓNICA

Creer en la victoria saca al Almería del descenso

Kalu Uche celebra la consecución del segundo tanto rojiblanco.
Kalu Uche celebra la consecución del segundo tanto rojiblanco. / J.J. MÚLLOR
  • Los rojiblancos remontaron en once minutos por casta

La UD Almería abandonó los puestos de descenso de nuevo y lo hizo por creer. La convicción en la victoria permitió al equipo superar a un Real Oviedo que fue mejor hasta adelantarse en el marcador de un partido dominado en esos más de cincuenta minutos por los de Generelo. El Almería perdió la precisión justo cuando desenroscó la 'botella', se fogó rápido y se vio superado por un conjunto carbayón con llegada, pero sobre todo sabiendo lo que hacía para tener una primera parte en la que lo mejor para los rojiblancos fue irse al descanso sin encajar goles.

La segunda comenzó con una tónica idéntica en el desarrollo, con los astures con voz y voto y un Almería impreciso, con miedo, sin capacidad de recuperar el balón o de usarlo cuando lo conquistó. Linares marcó un gol de esos que dejan a un con el agua al cuello y sólo se sale a costa de bracear y no tragar agua. Lo hizo el Almería con un gol de corazón de Quique González y a partir de entonces el partido fue otro bien distinto en el que fue clave creer en la victoria.

Las entradas de Kalu Uche y Chuli permitieron vivir. El nigeriano cambió el partido, puso el segundo y Chuli, que había fallado una clara momentos antes, la metió en el 83 para sentenciar y soñar con el 'sí se puede'.

Intenciones rotas

El Almería salió con intención de superar con contundencia al Real Oviedo, pero tras una jugada de Ximo Navarro que acabó perdiéndose tras el pase a Dubarbier, fue el cuadro carbayón el que impuso el guión de juego ante la falta de contundencia defensiva de los rojiblancos.

El cuadro de David Generelo forzó seis córners en menos de diez minutos, un peligro teniendo en cuenta la capacidad de finalización por parte del conjunto ovetense, que en el minuto 3 dispuso de la primera ocasión como consecuencia de un disparo de Néstor Susaeta que Casto envió a saque de esquina.

El balón era del cuadro carbayón, que lo manejaba con sentido, aunque sin acierto en el pase final. El Almería, tras ese agobio inicial, comenzó a equilibrar el partido con llegadas generadas por la entrada por banda derecha de Jonathan Zongo.

En el minuto 16, el burkinés condujo bien por banda derecha y cruzó hacia Juan Ramírez, que había entrado por banda izquierda y, tras buscar hueco, su disparo se marchó fuera, pero con la sensación de estar consiguiendo algo positivo, que era finalizar jugadas para evitar así las acciones a la contra del cuadro azulón. Este, en el 22, estuvo cerca del gol, en una acción por parte de Jon Erice, con pase para Toché, que había entrado por banda izquierda, con disparo cruzado que se marchó fuera, tocado por Casto, aunque no sancionado como córner por Trujillo Suárez.

Sin posesión, sin creación

El cuadro azulón vivía de los errores porque, en el 26, la ocasión fue para el propio Toché, tras pérdida de Lolo Reyes, y el delantero carbayón no encontró la portería porque se interpuso Casto, que de nuevo despejó la ocasión de peligro. Una constante porque otro error, en el minuto 29, acabó con disparo de Jon Erice que tocó lo justo Casto para, tras tocar en el larguero, marcharse a saque de esquina.

El Almería trataba de desperezarse, lo hacía con cuentagotas, demasiado nervioso en defensa, con muchas pérdidas que cercenaban la ocasión de crecer y de sobre todo meterse en el partido. En el 35 llegó una nueva ocasión rojiblanca en una acción de Juan Ramírez, con pase para Jonathan Zongo cuyo disparo acabó tocando en un contrario y marchándose por la línea de fondo a córner, el primero para los rojiblancos.

Lo cierto es que el Oviedo hacía a la perfección lo que tenía que hacer, tocaba el balón en el centro del campo y Susaeta provocaba los espacios para que los aprovechara Miguel Linares y el Almería sufría y mucho en defensa y el descanso le vino de perlas a los rojiblancos, que terminaron de padecer.

En la segunda parte no cambió nada porque el partido continuó siendo del equipo carbayón, que siguió manejando el partido ante un Almería impreciso, que hizo de la pérdida su 'bandera' y que desató el miedo como consecuencia del gol de Linares, a pase de Míchel y marcado sin oposición, cuando se cumplía el minuto 58 de partido.

Cambios en todo

Los cambios en el Almería, protestados, buscaron más presencia arriba. Soriano modificó su once con la presencia de Kalu Uche y Chuli en lugar de Jonathan Zongo y Juan Ramírez, despedidos con pitos por la desesperación. Aunque el problema seguía siendo la creación, con Pozo demasiado 'atado', fue el corazón el que metió al Almería en el partido. El tercer córner pudo ser gol, pero lo sacó Miño en la escuadra. El cuarto córner lo remató de chilena Quique y el corazón se desbordó.

El Almería reaccionó, el Real Oviedo bajó su rendimiento, atropellado por un equipo rojiblanco más intenso, menos preciso, con más garra, con menos calidad, pero empeñado en meterse en el partido y en la Liga. Lo consiguió por medio de Kalu Uche que enganchó un balón de Dubarbier para pulsar el 'detonador' y hacer estallar el Estadio de los Juegos Mediterráneos.

El Oviedo había bajado en su rendimiento, el Almería se había revolucionado a base de lucha, desbordando a su rival, desaparecido e incapaz de cortar la hemorragia en defensa. En el 88, Chuli, que un par de minutos antes pudo sentenciar, consiguió el gol que tanto se le resistía y puso el tercero para aferrar al Almería a la Segunda División.