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33 puntos para cerrar el peor año

Joan Carrillo ha sido el último inquilino del banquillo de la UDA.
Joan Carrillo ha sido el último inquilino del banquillo de la UDA. / LOF
  • Es lo que ha sumado la UDA en el año 2015, entre Primera y Segunda, sin contar la sanción FIFA

Y eso que empezó el año con triunfo en Málaga (1-2) para salir de los puestos de descenso en la Liga BBVA. Pero, como el resto del año, no fue más que un espejismo por todo lo vivido a lo largo de los 352 días que han transcurrido entre el primer choque de este año natural y el último, disputado en el Carlos Tartiere de Oviedo (1-0) con derrota y que supuso, además, la destitución de Joan Carrillo. Un tiempo en el que los rojiblancos han visto cambiar muchas cosas. Tantas como empezar Juan Ignacio Martínez y acabar, aunque sin estrenarse, Néstor Gorosito. Entre uno y otro, Sergi Barjuan, Miguel Rivera y Joan Carrillo. Ninguno pudiendo lograr los objetivos marcados. Descenso de la Liga BBVA y, actualmente, colista de la Liga Adelante. Por haber sumado, sin contar con la sanción FIFA del pasado curso, un total de 33 puntos. Un balance de lo más pobre. El que peor se recuerda en los anales de la entidad. Y eso que es una categoría menor desde agosto. Ha dado igual. Mal en una categoría. Muy mal en la inferior. Recordando los casos de Tenerife, Cádiz y otras entidades en dinámicas negativas que han durado años.

33 puntos ha logrado la UDA en todo este tiempo. El 2014 lo acabó con 13. Después de ganar en Vigo en el estreno de Juan Ignacio Martínez. Tras la vuelta de las vacaciones, en el primer partido que se contabiliza en este año natural, triunfo en Málaga (1-2) con doblete de Hemed. Parecía que el equipo había renacido. Quizás, en La Rosaleda, se vivió el mejor partido de la pasada campaña con JIM en el banquillo. Porque en Balaídos fue un triunfo con muchísimas dosis de fortuna. Además de una grandiosa y portentosa actuación de Julián Cuesta en la portería. Los demás, mal. Muy mal.

Se habló de 'efecto JIM'. Duró una semana. Después, el Sevilla de Unai Emery supuso la primera derrota rojiblanca de 2015 (0-2). La primera vuelta se cerró con otra derrota (3-2) en Valencia. Los rojiblancos igualaron hasta en dos ocasiones. Agua final. Era la mejor racha goleadora de Hemed. Prácticamente, la única que tuvo a lo largo de toda la temporada. Bueno, lo cierto es que nadie más la tuvo.

Falta de gol

El mayor mal endémico de la UDA en este tiempo. La falta de gol y, sobre todo, de un goleador, ha sido el principal handicap del plantel almeriense a lo largo de este año. Nadie ha asumido ser la referencia goleadora. Si cuando Charles decidió irse a Vigo, después de anotar 32 goles en el año del ascenso (2013), se decía que no anotaría muchos goles en la Liga BBVA, el Almería tampoco ha encontrado a ese jugador que diera los puntos que, en su momento, sí dieron Álvaro Negredo, Leo Ulloa o el propio brasileño. Thievy fue un fracaso. Cuatro goles para el que debía haber sido el '9' del equipo. Y ninguno para dar puntos a los almerienses en toda la temporada.

Volviendo a los números en este 2015, tras caer ante el Espanyol (3-0) en uno de los peores encuentros del año (que ya es difícil poner el listón en esta particular clasificación), los almerienses ganaron al Getafe (1-0). Un tanto de Édgar Méndez supuso el triunfo de la UDA en el Estadio de los Juegos Mediterráneos. El primero de las victorias como local en este año. La primera de, únicamente, cinco. Por algo el Mediterráneo ha sido de todo menos un fortín en este 'annus horribilis'. Fue el 1 de febrero cuando los seguidores rojiblancos pudieron vivir su primera victoria del año en casa. Con ese triunfo dejaban el descenso. De nuevo, otro espejismo.

Aunque parecía que podía ser una realidad al ganar, a la jornada siguiente, en Córdoba (1-2). Tras una primera parte nefasta, el Almería logró remontar y alcanzar los 22 puntos de la temporada. Cuarta victoria desde que JIM se hiciera cargo del equipo. Todo parecía reconducirse. Craso error. Lo peor, y bastante malo, estaba por llegar. Fue una segunda vuelta nefasta desde ese momento.

Tanto fue así que los rojiblancos sumaron, con la sanción FIFA rondando el entorno, diez puntos en 16 partidos. Lo que terminó por condenar a un equipo que, desde un año antes, ya estaba cogido con pinzas. Las que terminaron por salirse y dejar caer una ropa de una tela pobre y que no duró más de un 'par de lavados'.

Mientras que a domicilio se daba la cara, con derrotas, en el Mediterráneo se sucedieron tres empates seguidos (Real Sociedad, Deportivo y Villarreal). Todo se ponía, para las esperanzas de la UDA, en un partido que se antojaba clave. La visita del Levante de Lucas Alcaraz. Era la jornada 29. Ambos conjuntos llegaban con 25 puntos en su haber. Lo que ocurrió en el terreno de juego fue lo peor para los intereses locales. Un equipo en descomposición. El 1-4 final fue, quizás, lo 'mejor' que le pudo pasar al equipo de Alfonso García. Porque el resultado pudo ser más amplio y porque el presidente tomó la determinación, tras reconocerle algunos jugadores que habían recibido un «baño táctico», de quitar de su puesto a JIM. Ni efecto ni nada. Doce puntos logró en 2015. Pero con las buenas sensaciones ya perdidas en el tiempo.

Sergi en dos categorías

El segundo inquilino del banquillo de la temporada fue Sergi Barjuan. Se estrenó en el Camp Nou ante el Barcelona (4-0). La derrota fue lo de menos. Probó algunas cosas que, parecía, podía darle algún rédito en las jornadas finales del campeonato. Tenía margen suficiente y la distancia en puntos no era excesiva con los puestos de permanencia. Pero no hubo mucho más.

El partido en Barcelona evidenció que el vestuario no era lo mejor. Castigó a Édgar por un desplante. Pero no hizo lo propio con, por ejemplo, Thievy. Se entendía que el congoleño sería importante en el tramo final de la competición. Craso error. Ni lo fue con Francisco, ni con Miguel Rivera, ni con JIM y, pese a que lo pudo parecer, tampoco con Sergi Barjuan.

El técnico catalán logró únicamente siete puntos en los nueve partidos al frente del equipo. No pudo evitar, sin contar la sanción que no fue 'determinante', el descenso a la Liga Adelante. Su primera victoria, segunda del año en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, fue frente al Granada (3-0) el 12 de abril, con doblete de Thomas y el único tanto de Javi Espinosa. Le sacaban cuatro puntos a los granadinos, con el golaverage particular ganado, y estaban empatados con Levante y Deportivo. Los dos fuera del descenso en el que sí estaba la UDA.

Semanas de FIFA

Durante esas semanas se estuvo pendiente de la FIFA. Sobre todo tras la victoria ante el Eibar (2-0). El triunfo permitía salir de los puestos de descenso. Eso sí, si no había sanción. El fútbol español estuvo pendiente de lo que sucedía. No hizo falta más. Los rojiblancos ya no ganaron ni un partido más en los cinco encuentros que quedaban por jugar. Únicamente un punto lograron ingresar en su casillero hasta el final del ejercicio.

Fue ante el Celta, tras ir perdiendo 0-2 al descanso. En la segunda parte lo intentaron para poner las tablas con goles de Thievy y Zongo. Agua. Cuando todo parecía propicio para el sí, llegó el casi no. Un remate al palo, en el último minuto, pudo darle el triunfo a los gallegos. Todo se quedó en tablas que no daban ningún rédito para nadie. Menos para una UDA que venía de perder ante el Real Madrid y haría lo propio, en las últimas citas, ante Málaga, Sevilla y Valencia. Los huesos daban en la Liga Adelante.

Liga Adelante

Pese a lograr siete puntos y que el equipo descendiera, en el entorno se valoró de forma positiva la continuidad de Sergi Barjuan como entrenador de la UDA. Más cuando, en la pretemporada, no perdieron ni un partido. Y, sobre todo, cuando ante el Leganés se jugaron los mejores 30 minutos de la temporada. Con tres goles para deleite de una afición que se veía, ya en enero, de vuelta a la Liga BBVA. El 3-2 final pudo poner alguna duda, pero no superable al grado de confianza. Quizás, exceso de confianza.

Fue la cuarta victoria de la temporada en el Estadio de los Juegos Mediterráneos en 2015. La quinta, y por ahora última, llegaría dos jornadas más tarde. Ante un Osasuna que puso las cosas difíciles y que, tras el tanto final de Pozo, se fue de vacío de tierras almerienses. Seis puntos en tres jornadas (derrota en Zaragoza). Parte alta y esperando que los engranajes funcionasen.

Lo que lleva esperando todo el entorno a día de hoy. Sergi fue despedido cuatro partidos después. Tras tres derrotas, el empate en casa frente al Tenerife lo terminó de condenar. Y eso que fueron los canarios los que anotaron el 2-2 en el último suspiro y de rebote.

Miguel Rivera sumó únicamente un punto en dos partidos (empate en Girona y derrota ante el Elche). Durante el tiempo que estuvo el malagueño (destituido el pasado domingo del filial), el club estuvo negociando con varios entrenadores. Hasta que le dio el equipo a Joan Carrillo. La trayectoria del catalán, seis puntos en nueve jornadas. Por orden cronológico, una derrota, seis igualadas y, para finiquitarlo, dos nuevos partidos perdidos.

Sin un triunfo que echarse a la boca. Con un balance para poner la 'guinda' a un equipo que, salvo en el inicio de esta temporada, no ha dejado los últimos puestos. Ni tan siquiera, habiendo bajado de categoría. Por poner un ejemplo, los puntos que lleva el Córdoba desde que se inició el curso son los mismos de la UDA en todo el año. Durante los seis primeros meses, en los que los cordobeses compartieron categoría con la UDA en la Liga BBVA, lograron tan solo seis. Terminaron últimos. Un puesto por debajo que el Almería. Ahora, uno es el líder de la Liga Adelante y, el otro, colista.

En los de Alfonso García, los números más pobres en un año natural que se recuerdan en el equipo. El 'comparable' fue el del descenso en 2011 y los primeros meses. En dicho año, 17 puntos en Primera y 33 en la categoría de plata. Cualquier tiempo pasado fue mucho mejor.