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El centrocampista del Almería José Antonio García, "Verza" disputa un balón con el centrocampista argentino del Celta, Augusto Fernández.
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UD ALMERÍA | LA PREVIA

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La UD Almería, beneficiado por los resultados de los rivales directos puede aferrarse a la permanencia si se logra imponerse al Celta

JUANJO AGUILERA

Domingo, 3 de mayo 2015, 23:27

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A veces no hay una razón a la que aferrarse para justificar cualquier conquista. Los niños se agarran a un fundamento tan simple como la afirmación, sin explicaciones añadidas, para justificar una petición. Aquí, en el fútbol que se disputará esta tarde noche desde las 20.45 horas en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, no hay niños, pero tampoco hay un motivo específico que sirva de asidero para justificar que hoy hay que ganar al Celta y hay que hacerlo como sea y por lo que sea. Por una razón, la de más peso, porque será dar un paso en firme para quedarse en Primera División una temporada más.

El fútbol en Almería ha vivido de cortos espacios de tiempo en la élite. Los cuatro años que empezó Unai Emery es el récord, los que comenzó la pasada temporada Francisco dan para dos -como aquellos de los ochenta con el añorado Maguregui o los Arsenio Iglesias y compañía-, pero un sector de Almería -el que se deja la vida cada semana por empujar desde los graderíos del Estadio de los Juegos Mediterráneos-, quiere más. De todas formas, si hay que irse a por más razones, porque quedarse contrae deberes, pero sobre todo haberes, las hay. La UD Almería, el fútbol que esconde su nombre, da prestigio, es 'quebrar las cuentas', las que marcan al equipo con el segundo presupuesto más bajo y el que más bajo tiene el tope salarial en la competición, es soñar con crecer, es un 'guantazo' en la cara de quienes quieren que la UD Almería, que seguro ha hecho cosas mal, pueda purgar en Segunda División un error de 4.500 euros y todo eso es posible quedándose.

Sufrir menos

Lo cierto es que cuando comenzó la temporada se pensó en sufrir menos, pero en sufrir al fin y al cabo. Y eso es lo que está haciendo el equipo rojiblanco. Que pase lo que pase mañana, dormirá fuera del descenso, aunque si pierde no será de forma placentera, porque la 'almohada' es casi del mismo grosor que la que utiliza el Dépor -que empató el sábado- para mal dormir por culpa de las pesadillas. Eso sí, ganar al Celta es 'ausentarse' un poco de problemas por lo menos durante siete días o catorce, porque la ventaja se iría a los cuatro puntos con respecto a la antepenúltima plaza.

Sea como fuere, la victoria de hoy, si se consigue, será a costa de derrotar a un equipo que ha pasado el 'trance' del Barça con nota. Aquel triunfo de la primera vuelta le hizo más daño que la derrota última frente a los blaugranas. Entonces acumuló solo dos puntos en nueve partidos. Además, desde el gol de Larrivey en el Nou Camp solo vio puerta en dos ocasiones y para conquistar únicamente un punto.

Buenos números

En esta segunda vuelta, tras perder frente al Barça, el empate cosechado en Granada destapó los miedos, pero los de Eduardo Berizzo solo han perdido contra el Real Madrid y con opciones de haberle pintado la cara, fruto del mismo estilo que le ha servido para ganar a Rayo Vallecano y Málaga, en casa, o a Eibar, en Ipurua. Números que le han permitido acercarse a la Europa League, como consecuencia de un estilo que entonces también era el mismo, pero no casaba con los resultados.

Es el Celta de ahora el que asusta tanto o más que el de entonces porque está claro que no es el mismo, es más letal. Pero también la UD Almería es diferente a aquella que ganó en Balaídos antes de las vacaciones de Navidad, aunque con demasiada fortuna, merced a un tempranero gol de Hemed. Era el debut de Juan Ignacio Martínez en el banquillo y la fortuna, como queda dicho, fue el mejor fichaje antes del mercado invernal.

Refuerzos

Este Almería que dirige ahora Sergi Barjuan es diferente. El técnico barcelonés ha hecho 'fichajes' cerrado el plazo del mercado de invierno porque ha recuperado al mejor Javi Espinosa, Ximo Navarro es otro, Thomas Partey vuelve a ser el jugador que proporciona equilibrio en el centro del campo y, por supuesto, la 'llegada' de Thievy permite soñar con triunfos, pero también con fútbol.

Barça y Real Madrid son ese tipo de partidos amistosos de los que se suelen sacar conclusiones, buenas o malas. Las segundas porque se valora el daño que puede hacer un gol en contra. Ni culés ni merengues consiguieron que el Almería soltara la actitud como sí sucedió en partidos de la anterior etapa y hasta se permitió el lujo de disputarle la posesión al Real Madrid que, espeso -aunque Ancelotti dijera que su equipo estuvo sin intensidad-, lo fue por culpa de quien no le dejó trabajar cómodo.

Esas incomodidades ofrecidas al rival, son las que deben aparecer hoy porque el cuadro celtiña propone un fútbol intenso, rápido que gira en torno a la posesión del balón. Un estilo 'Barça' del que Sergi Barjuan conoce sus virtudes y por eso tratará de contarrestarlas con todo lo que ha ensayado desde que 'terminó' el partido con el Eibar, pese a que por medio estaba el partido del Bernabéu, donde también se compitió.

El técnico rojiblanco podría volver a apostar por un equipo en el que no habrá cambios en defensa, volviendo a los cuatro de siempre, por delante de un Rubén que desde su vuelta ha dejado buenas sensaciones. Así, en defensa estarían Ximo Navarro y Dubarbier, en banda, con Trujillo y Mauro dos Santos, por el centro.

Los dos mediocentros volverían a ser Verza y Thomas, con Thievy en la punta del triángulo, si bien es cierto que la actuación de Corona en el Bernabéu fue tan destacada que no sería descabellado que ocupara su habitual posición de enganche y que el congoleño apareciera arriba, como ante el Eibar, con Wellington Silva y Espinosa, por bandas, siendo Tomer Hemed el sacrificado. Si al final es Corona el que se queda en el banquillo, sería para que Hemed ocupara la punta de ataque.

Detrás de una filosofía

Enfrente, un Celta del que se ha descubierto casi todo. Un equipo con un once previsible y con pocas rotaciones en su once. Pero eso no quita que sea un rival muy complicado. Con los lesionados Carles Planas, Nemanja Radoja y Borja Oubiña, el once de Berizzo tiene nombres fijos, pese a que el preparador del Celta no ha dado pistas sobre el once que alineará, aunque todo hace pensar que repetirá el mismo equipo que formó hace siete días contra el Real Madrid. Así, tendrá a Sergio bajo palos, con una defensa con Hugo Mallo y Jonny, en los laterales, con Cabral y Fontás, por el centro de la zaga.

El mediocampo es cosa para Augusto Fernández y el que maneja el fútbol celtiña, Krohn-Deli, con Santi Mina, Juan Orellana y Nolito, en esa segunda línea de ataque, con Joaquín Larrivey como hombre en punta. Mina y Larrivey volverían al once, tras el descanso en el partido frente al Málaga.

El Celta busca la Europa League. Los empates del sábado de Villarreal y Athletic le permiten soñar, más aún si el conjunto vasco cae en la final de la Copa del Rey frente al Barça, sobre todo con el agónico triunfo del pasado miércoles ante el Málaga. Pero en el vestuario celeste todos son conscientes de que ese reto pasa por ganar el partido de Almería, pues todo lo que no sea sumar los tres puntos destrozaría de cuajo su sueño de jugar en Europa el próximo curso.

Para el Celta, los puntos de hoy son parte del billete para jugar fuera de la península, para la UD la victoria es viajar en 'primera clase', una de las razones para ganar, aunque puede ser que haya 999 motivos más.

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