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Juan Ignacio Martínez, con la cabeza baja, busca solución; el juego del Almería no parece tenerla.
Jornada de obligada reflexión
UD ALMERÍA

Jornada de obligada reflexión

Los rojiblancos 'tiraron' el primer periodo y, aunque salieron 'casi ilesos', no propusieron en la segunda parte en Bilbao; pero no es una sensación nueva

JUANJO AGUILERA

Domingo, 22 de marzo 2015, 23:23

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Aunque en el resto de Andalucía, la jornada de reflexión se desarrolla siempre un día antes de la celebración de unos comicios, en Almería y, en el lo que se refiere al fútbol, es casi puntual que se celebre esta jornada al 'levantarse' después de cualquier partido. Ayer y hasta que no vuelva la competición comenzaron casi 15 días de darle vueltas a un 'expediente x' que tiene que ver con el irregular comportamiento del equipo rojiblanco que suele 'tirar' una de las dos partes de cada partido, generalmente la primera, e intenta reaccionar en la segunda. Sin embargo y también de forma habitual, la propuesta falla y todo se queda en intentonas y, a veces, ni en eso.

Es momento de reflexionar por qué sucede, aunque Juan Ignacio Martínez dijo ayer que «hemos acusado el 1-0, el 2-0 ha sido un mazazo, pero me quedo con cómo ha reaccionado el equipo. El Athletic ha hecho una muy buena primera parte. Nos ha metido en nuestra área, pero en la segunda con el 2-1 hemos ido creciendo, aunque nos ha faltado esa pólvora» y da la sensación de que no hay más ciego que el que no quiere ver. La reacción de ayer del Almería fue la misma que en el Martínez Valero, casi ninguna, o ante Espanyol y Atlético de Madrid. En estos dos últimos casos con el marcador tan claro como el 2-0 con el que el conjunto perico se fue al descanso o con el 3-0 con el que los colchoneros se pusieron en el minuto 29. Eso sin olvidarse que ante el Dépor no hubo lugar a la reacción porque la propuesta fue nula a partir del minuto 10 de partido.

Seis partidos

Son seis jornadas en las que la UD Almería ha encajado ocho goles por tres marcados, además de haber estado 471 minutos sin ver portería. Aspecto que no solo tiene que ver con los que juegan, sino con los que no lo hacen, generalmente por no están o no se les ha fichado.

Lo cierto es que el equipo rojiblanco no da señales de estar vivo, pese a que con esos malos números de tres sumados sobre los últimos 18 disputados aún no está en descenso, a la espera de la decisión del Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) sobre la sanción de FIFA por los tres puntos del 'caso Jakobsen'. Ha tirado con 'balas de fogueo' en muchas de sus actuaciones a lo largo de la presente temporada.

Lo importante, lo que destaca, es que el equipo ha dejado muestras de 'tirar' los partidos en el primer tiempo. Se supone que de forma inconsciente. Y no es algo nuevo porque en la primera etapa, la que dura desde la primera jornada hasta la decimocuarta, también tiró partidos, aunque con la fortuna sonriendo. Por ejemplo, en Anoeta, donde logró la primera victoria, las cosas no fueron diferentes a como sucedieron el sábado en San Mamés. Eso sí, con menos puntería para el conjunto donostiarra, entonces entrenado por Jagoba Arrasate. Sin olvidarse del partido de Ipurua, donde el Eibar puso el partido a favor en la primera media hora -el primer gol, de Piovaccari, llegó cuando solo se habían disputado tres minutos-.

'Mayor regularidad'

Lo que sí es cierto es que en esta 'segunda parte' es mayor el número de partidos en los que esa escasez de 'exigencia' ha situado al equipo más cerca de la derrota que, incluso, del empate. Se podría decir que el equipo ha sido 'más regular'. El estrépito ha quedado expuesto en partidos como el disputado en el Power8 de Cornellá, en el Vicente Calderón -más allá de que Mateu Lahoz facilitó muy pronto que aparecieran las diferencias entre colchoneros y unionistas-, el Martínez Valero, con 88 minutos para haber reaccionado sin hacerlo, o el sábado en San Mamés, donde solo encajó dos goles, pero bien es cierto que el Athletic tuvo ocasiones para haber logrado algo más.

En el resto, hasta en los que se ganó, hubo problemas. Habrá que acordarse de Balaídos, en donde con un solo disparo a puerta consiguió hacerse con los tres puntos. El Celta, por ejemplo, disparó hasta 12 veces y no aprovechó un penalti -mérito de Julián Cuesta-. En Córdoba, ídem de lo mismo. Ganó con dos disparos a puerta tras una primera parte en la que el 1-0, con el gol marcado por Fede Cartabia, resultó un corto guarismo para el conjunto del ya defenestrado Mirolav Djukic.

De los empates frente a la Real, Dépor y Villarreal solo puede extraerse como positivo el conquistado frente al equipo castellonense. Ante el Dépor, diez minutos de fútbol 'alegre' y 80 de lamentos. El 'porqué' es un 'expediente x'.

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