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JUANJO AGUILERA
Viernes, 20 de febrero 2015, 23:25
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El que pensara que el Atlético de Madrid iba a jugar con pausa el partido de este sábado se equivocó de pleno. Primero porque llegaba a la cita con las 'banderillas negras' que le clavó el Celta el pasado domingo y, segundo, porque la reacción ante aquello debía hacerla en casa. Ahí comenzó a perder la UD Almería el encuentro. Ahí y en la decisión de Mateu Lahoz de ver un penalti en una acción en la que, al parecer participó Mauro dos Santos, aunque el contacto que puede haber se cierne sobre Tomer Hemed con Godín y en este caso el codo que se ve rozar a alguien es el del central uruguayo en el cuello del delantero israelí. La pena máxima, transformada por Mario Mandzukic, puso al conjunto del 'Cholo' Simeone en el camino de la victoria, pero quedaban casi 80 minutos por delante y el Almería no tuvo capacidad de reacción nada más que cuando se lo permitió el Atlético y ya el marcador señalaba un 3-0 inapelable.
Si remontarle un gol al equipo colchonero ya es difícil, hacerlo con un 3-0 en contra es imposible, aunque por delante había una hora de partido. Y fue así, como queda dicho, porque el valenciano, cual David Coperfield, se sacó un penalti de la 'chistera'. Lo demás es lo lógico, entre un campeón de Liga y subcampeón de Europa que se enfrenta a un 'salvado' en la última jornada, con sangre, sudor y lágrimas. Sin embargo, no todo fue mérito del Atlético. También influyó que el conjunto de Juan Ignacio Martínez jugó casi siempre en inferioridad, por el planteamiento sobre el terreno y porque al nivel de intensidad que exigen los de Simeone no llegaron los rojiblancos. Y esa es más ventaja, al margen del penalti.
Lo demás es 'responsabilidad', y también es mucha, de un Antoine Griezmann que está en un excelente estado de forma y que lo demostró poniendo la firma a los otros dos goles atléticos, que mediatizaron el resto del partido, porque lo de la segunda parte, fue fútbol maquillado.
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Una 'manita
El equipo colchonero salió con la intensidad que le ha hecho ser uno de los que más concentración del rival necesita. En el primer minuto de partido ya había tres balones al área defendida por la UD Almería y, en el minuto 2, la ocasión fue de Griezmann que buscó el gol desde fuera del área, pero el disparo se le marchó fuera. Era como si estuviera afinando el 'arma'.
Se asentó el Almería para conceder menos y 'despojarse' de la presión de la que hacía gala el equipo colchonero, con acciones en las que los de Juan Ignacio Martínez trataron de llegar al área colchonera, sin conseguirlo por la falta de acierto en el último pase.
Las cosas transcurrían con cierta normalidad, pero apareció Mateu Lahoz para señalar un penalti que ni se justifica con la rigurosidad. En su subconsciente vio algo punible -al parecer una falta de Mauro dos Santos que está 'lejos' de la única acción en la que pueda haber contacto, entre Godín y Tomer Hemed- y le puso en bandeja al Atlético la posibilidad de adelantarse. Mandzukic no dejó pasar la ocasión y puso a los suyos por delante.
Sin propuesta
El Almería no se repuso del golpe, el conjunto colchonero aprovechó para imponerse, no por fútbol, sí por estar atento a los descuidos. El Almería, que ya había pagado el de Mateu, puso de su parte en el minuto 19. Un error de Fran Vélez en la entrega, le dejó el balón a Mandzukic que vio el desmarque de Griezmann, se la puso de primeras y el francés no perdonó en el mano a mano con Julián Cuesta para poner el 2-0.
El conjunto del Manzanares era el dueño y señor del partido ante un Almería roto, incapaz de dar dos pases seguidos y de proponer algo más que defenderse. Precipitado, la pérdida de balón era la consecuencia que más se repetía y el 'recelo' era constante ante cualquier balón colgado al área de la UDA.
Después de un despeje de Mauro dos Santos a córner, que estuvo a punto de entrar por la escuadra, si el argentino no la puso dentro fue Griezmann el que, tocado de fortuna, aprovechó una segunda jugada tras el córner, en la que el centro de Arda Turan lo tocó Mandzukic de cabeza al área pequeña y el francés se adelantó a la defensa rojiblanca para controlar con el pecho y a la media vuelta batir por bajo a Julián.
El Atlético continuó jugando cómodo, por su propuesta y por la escasez de ideas de un equipo rojiblanco impreciso y ausente, sobre todo en ataque, pero las jugadas se quedaban en el penúltimo pase, el de Thievy para Hemed, el de Verza para el israelí, la inexistencia de fútbol por banda por el nulo control en el centro del campo, perdido por inferioridad numérica y por la intensidad, bastante inferior si se compara a la que impuso y a la que pide el Atlético...
Un paso al frente
En la segunda parte, el conjunto rojiblanco dio un paso al frente, a la par que al Atlético lo dio hacia atrás. Ya 'sin los puntos en juego', el equipo de Juan Ignacio Martínez se centró en competir, en que la imagen no le pasara factura con posterioridad. Jugó más en campo atlético y aparecieron las llegadas. En el minuto 59, con un disparo de Miguel Ángel Corona, desde la frontal del área, que se marchó fuera ajustado al palo derecho de la meta de Miguel Ángel Moyá. En el minuto 62, el meta atlético tuvo que intervenir ante un centro al área del talaverano.
El Atlético de Madrid comenzó a dar muestras de que ya no le iba nada en el partido, a dar descanso a jugadores claves como Mario Mandzukic o Antoine Griezmann -la sociedad del gol, porque el primero inauguró el marcador y asistió en los dos que hizo el francés-, pero dando entrada a Fernando Torres o Raúl García, que para sí los quisiera la UD Almería.
Precisamente, el navarro pudo hacer el cuarto, entre una serie de llegadas sin disparo final. En el minuto 77, realizó una gran acción con la zurda con disparo que se fue desviado, en una fase ya de escaso interés, porque a ninguno le iba nada en el partido. Aún así, Saúl Ñíguez probó a Julián Cuesta, en el minuto 86, con intervención del granadino que mandó el balón a saque de esquina, una acción aislada en un partido con un resultado normal, pero conseguido por cauces poco normales, aunque también es cierto que hablar de árbitros parece una excusa tan manida que ya no sirve de excusa. A decir verdad, el nefasto colegiado valenciano Mateu Lahoz puso el partido de cara para el Atlético, pero con casi 80 minutos por delante la UD Almería no tuvo propuesta. Le pesó en exceso un penalti sin justificación que echó por tierra todo lo trabajado durante la semana.
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