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Alfonso García aseguró en Lugo que su intención era vender.
El deseo de Alfonso García, en vías de hacerse realidad
UD Almería

El deseo de Alfonso García, en vías de hacerse realidad

El dueño de la UDA, con ganas de vender desde hace varios meses, pendiente de poder dejar su cargo

JORDI FOLQUÉ

ALMERÍA

Viernes, 8 de junio 2018, 00:11

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Las palabras de Alfonso García al término del partido ante el Lugo, en el que la UDA logró la permanencia en la Liga 1|2|3, tenían un claro mensaje. Quería el todavía propietario de la entidad rojiblanca allanar el camino para cuando, en muy pocos días (incluso horas), pueda anunciar oficialmente la venta del club rojiblanco, que a nadie le pueda pillar por sorpresa. La culminación de un proceso que ha tenido al dueño del Almería desde hace un año en negociaciones con un grupo inversor que será el que, como avanzó IDEAL el pasado mes de julio, se haga cargo de la sociedad y pueda comenzar, lo antes posible, la ejecución del nuevo proyecto. Un proyecto que estará liderado por Pablo Manuel Fernández Cortacero. El empresario granadino, muy vinculado al mundo del fútbol desde hace años, será el nuevo dueño de la UDA, cuando la operación se haga oficial.

Es el nombre que sustituirá al de Alfonso García. La cabeza visible de la nueva estructura que se debe hacer oficial en la próxima junta general extraordinaria de accionistas (19 de junio), aunque antes tiene que hacerse pública con el anuncio del acuerdo entre ambas partes. Un acuerdo que data del pasado verano. No es una negociación de hace pocos días. Un año para poder culminar la venta de la UDA en un proceso que se ha alargado más de lo que ambas partes hubieran querido cuando comenzaron los primeros contactos en el tramo final de la pasada temporada.

Porque la idea era haber realizado todo el papeleo del traspaso de poderes y que el pasado verano ya estuvieran los nuevos propietarios al frente de la UDA. Pero no pudo ser. Fue el primer 'desencuentro' que pudo haber dado al traste con la opción de que el grupo liderado por Pablo Cortacero. Craso error. Este diario ya apuntó el 30 de julio que la idea era de entrar en el Almería sí o sí. Como así ha sido. Como así será.

Vida paralela

Unos meses en los que ha habido una 'vida paralela'. Además de lo que ha ocurrido en los distintos campos de fútbol durante los partidos celebrados por el primer equipo de la UDA y del día a día en las oficinas del club en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, también Alfonso García ha estado en contacto directo con el grupo inversor para poder hacer efectivo al principio de acuerdo que alcanzaron en julio de 2017.

La travesía ha sido larga y con momentos en los que parecía que todo se podía ir al traste. Al final del mes de agosto, al comprobar que no podían entrar para el comienzo del curso que acabó, para el Almería, el sábado por la noche. Como también ocurrió a final de enero, al ver que tampoco podían entrar de cara a la segunda vuelta del campeonato liguero. Aunque en su fuero interno, con el proyecto que tienen en manos para el futuro del club, sabían que querían entrar. Lo que hizo que la comunicación fuera fluida entre los máximos dirigentes.

Alfonso García quería vender. Pablo Cortacero quería comprar. Así que el camino era claro para que el acuerdo alcanzado se pudiera trasladar de una vez a un documento tras pasar diversos trámites administrativos y sobre todo económicos. Este ha sido el principal motivo por el que se ha demorado un año. Mientras que García quería comprobar, tal y como ha venido diciendo siempre, que el entramado empresarial del comprador era muy solvente y que su entrada en la UDA serviría para que la entidad creciera de manera clara, Cortacero quería comprobar que todas las cuentas del club estuvieran correctas y que su desembarco en el Almería no se encontrara ningún 'problema' una vez dentro. Más o menos, querían evitar una situación similar a la vivida en el Granada tras el cambio de propietario y la salida de Quique Pina del club nazarí.

Durante este tiempo, en diversos momentos desde fuentes perfectamente conocedoras de la negociación se apuntaba que el acuerdo se podría hacer oficial. Pero siempre había «algo» que lo retrasaba. Un papel, un documento o una partida económica. Ese 'algo' que hacía peligrar el acuerdo y que decepcionaba a los que deseaban poder entrar lo antes posible y poner, desde dentro, en la práctica toda la teoría que tienen en sus distintas reuniones para el crecimiento de un club que lleva en los últimos cinco años cuatro salvaciones en la última jornada y un descenso de Primera a Segunda, en el segundo de los ejercicios.

Pablo Cortacero es el que será el que sustituya como máximo propietario a Alfonso García. Pero el empresario no llegará solo. Tiene ya un equipo formado tanto en el apartado económico como en el deportivo. En lo segundo, el nombre de Rufo Collado será muy destacado. Su cargo puede ser el de director deportivo de la entidad. Junto a él, entre otras personas, Rafa Salguero. El motrileño, con experiencia en el Poli Ejido y en el Granada, sería el responsable de la cantera rojiblanca. No serán los únicos. Un amplio números de entrenadores y demás personal para los equipos inferiores en los que habrá nombres de destacados exjugadores del Almería.

Más almeriense

No solamente para la cantera. Como también se publicó en IDEAL el 30 de julio de 2017, la intención es de hacer un club 'más almeriense'. Recuperar a reconocidos rojiblancos y que la entidad esté metida de lleno en la sociedad. Poder arreglar la mala relación que tiene la UDA con la gran mayoría de los clubes de la provincia. Además de darle una mayor relevancia a los miembros del consejo de administración que han tenido un papel muy poco destacado en los últimos años con Alfonso García.

Además, su idea es que la UDA pueda hacer, en el menor plazo posible, la ansiada Ciudad Deportiva. Este 4 de junio acaba el plazo dado por el Ayuntamiento de Almería para poder haber realizado gran parte del proyecto. Cuatro años desperdiciados por Alfonso García en el que, por ejemplo, no se ha pedido ni la licencia de obras. Han intentado por diversos medios que se pueda alargar el plazo. De esta manera, poder empezar las obras cuando la administración municipal lo permita, pero sin tener que hacer un nuevo concurso y convenio y que se pierdan unos meses. El proyecto es para que en medio año pueda ser una realidad desde el primer día que entren las máquinas en los terrenos facilitados por el consistorio almeriense, con una concesión hasta 2064.

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