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juanjo aguilera
Almería
Sábado, 16 de diciembre 2017
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Si al fútbol se jugara dando la victoria a un juego preciosista, posiblemente la UD Almería no hubiese sumado ni un solo punto frente al Córdoba, en un partido en el que el equipo blanquiverde tuvo el balón, pero no el acierto cara al marco de René, algo tantas veces ‘añorado’ por la UDA. El Córdoba tuvo llegada y disparo, pero careció de acierto, que sí respondió al Almería, que no dio la mejor versión nunca. Sólo algunos jugadores la exhibieron. Pero del fútbol se dice que lo juegan once contra once –a veces– y que gana el que marca más goles que el rival. No habla ni de caños, ni de goles olímpicos, ni tan siquiera de ser el dueño del balón, como sí lo fue el Córdoba. Un partido de fútbol se gana con goles y con otras muchas cosas que no necesariamente se entrenan, intangibles, aunque algunas apreciables. El Almería fue un equipo que puso en relieve esas cosas que no se ven y no se pueden tocar para sumar un triunfo que llega por ser una roca en defensa y, con 0-0, por creer que la victoria era posible.
UD Almería
René; Motta, Owona, Morcillo, Nano; Joaquín, Mandi (Verza, m. 63); Álex Corredera (Pervis Estupiñán, m. 70), Pozo, Gaspar, y Juan Muñoz (Ángel Trujillo, m. 88).
1
-
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Córdoba CF
Kieszek; Jose Fernández (Jovanovic, m. 73), Caro, Joao Afonso, Javi Galán; Javi Lara, Edu Ramos, Edu Aguza (Jona, m. 86); Alfaro (Markovic, m. 82), Sergi Guardiola y Caballero.
goles 1-0, m. 85: Marco Motta.
Árbitro Aitor Gorostegi Fernández-Ortega, del colegio vasco. Amonestó a Marco Motta (m. 1), Joaquín Fernández (m. 36) y Mandi (m. 41), de la UD Almería, y a Aguza (m. 42) y Javi Galán (m. 83), del Córdoba CF.
Incidencias Partido correspondiente a la jornada décimo novena del Campeonato de Liga de Segunda División A, Liga 1|2|3, celebrado en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, con 5.166 espectadores.
Sin apenas bandas, sin capacidad para crear, el Almería se amoldó a lo que había y tiró con eso. En la primera parte no disparó entre los tres palos. Ni un solo tiro. Pero cruzó los dedos para que los que tuviera el rival no entraran. Y no lo hicieron. En la segunda parte, varió algo el panorama, en la propuesta, y no en el resultado para el rival, que no fue capaz de encontrar portería. La UDA, si la pasada semana maldijo la mala fortuna en Granada, vio ante el Córdoba que el ‘karma’, de vez en cuando, te da ahora lo que un día antes te había quitado. Motta, en la zona Cesarini, cambió el destino del duelo, haciendo su segundo gol importante, tanto como el primero, por dar tres puntos a un partido sin brillo, pero con un resultado brillante.
Lucas Alcaraz tuvo que hacer un equipo de circunstancias como consecuencia de las muchas ausencias con las que afrontó el choque. Sin mediocentro creativo, la zona ancha se la concedió a dos jugadores de contención como Joaquín Fernández y Mandi. El Córdoba jugó cómodo porque ‘rodeó’ esa parcela tan fundamental.
El partido comenzó con una declaración de intenciones por parte de ambos conjuntos. El Córdoba se hizo dueño del balón, obligando a la UDA a jugar fútbol directo, también ante la obligación, con Verza en el banquillo, de jugar con dos mediocentros más de contención, con Joaquín Fernández y Mandi. El equipo cordobesista se encontraba cómodo en su juego, controlando el mismo. En el 7, un saque de esquina de Javi Lara se fue directamente al larguero, en un primer aviso de los de Jorge Romero.
Poco a poco el partido se hacía incómodo para los de Lucas Alcaraz, que se desesperaba ante la imposibilidad de tener el balón. Su comportamiento, impreciso, propiciaba el control del equipo califal, que se acercaba con peligro a la meta defendida por René, que si bien no tuvo momentos para emplearse sí que vio el peligro cernirse sobre su área, con Javi Galán escapándose de Motta e intentando un disparo que no tuvo repercusión.
El Almería intentaba equilibrar el partido, poco a poco conseguía acercarse al área defendida por Kieszek. Gaspar recuperó un balón en el minuto 22, pero no encontró rematador en el pase de la muerte, pasando el balón entre los dos compañeros que acompañaban la jugada.
Lo cierto es que el equipo califal controlaba el partido sin balón, con cinco jugadores en defensa, mientras que en la recuperación eran seis los que se metían en el centro del campo para manejar la zona más importante del campo. Así, en el 33, el que la tuvo fue Carlos Caballero, que no disparó cómodo y su disparo se marchó muy por encima del larguero de la meta defendida por René.
El Almería cada vez estaba más incómodo, atrapado en la red tejida por el cuadro de Jorge Romero, sin que Pozo y Álex Corredera conectaran. No había llegada y se jugaba siempre en campo rojiblanco.
El Almería intentó ser diferente, con más presencia arriba, también porque era obligado hacerlo. Sin embargo, el Córdoba cogió el control del balón como ya lo había hecho en la primera parte, incomodando al equipo rojiblanco. En el minuto 52, René salió para cortar una peligrosa acción entre Javi Lara y Sergi Guardiola.
Poco a poco, por la banda izquierda, el Almería tiró hacia arriba con dos acciones casi consecutivas de Nano. La primera, en el 54, con un centro que remató fuera Juan Muñoz y, en el 55, con otra prolongación del malagueño al segundo palo que Álex Corredera cabeceó fuera.
El Córdoba no dejó de mandar y Aguza, en el 65, aprovechó un buen servicio de Alfaro para encarar a René, que aguantó y evitó el gol del conjunto blanquiverde. A la contra, el Almería la tuvo. Lucas Alcaraz buscó más presencia arriba con la entrada de Pervis Estupiñán en lugar de Álex Corredera. El extremo ecuatoriano se situó en banda izquierda, con Gaspar Panadero por la derecha. En el 77, el pase del ecuatoriano para Pozo acabó con disparo cruzado en exceso.
En esa fase de partido, los dos equipos, con cierto miedo, no dejaron de buscar el gol. En el 82, la tuvo el Córdoba, con una acción finalizada entre Sergi Guardiola y Alfaro, que disparó fuera por muy poco. El Almería lo intentó a balón parado, en la acción posterior, pero sin fortuna. Sin embargo, cuando el partido expiraba, un saque de esquina, en el 88, cometido por Edu Ramos, lo puso Verza al corazón del área, donde ni Kieszek ni ningún jugador cordobesista fue capaz de despejarlo. Marco Motta, atento, lo puso dentro para colocar al Almería con ventaja en el marcador y cinco minutos para sufrir.
No pasó como en Granada. El equipo supo defender los tres puntos, sacó las uñas y se agarró a un triunfo que supone la ‘resurrección’ de un equipo rojiblanco que ganó por recuperación de una confianza que hace sólo un mes no existía, pero que hoy se aferra a una salvación que está más cercana. Queda mucho, pero los 22 puntos colocan a los de Lucas Alcaraz a nueve victorias de la salvación, tras un triunfo brillante, más que nada por lo que esconde.
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